La fuga de los cinco le activó la cuenta regresiva al gobierno
Con la fuga de la alcaidía de la Comisaría tercera, la actual gestión debe tomar medidas frente a la densa herencia de la crisis carcelaria.

La fuga de cinco presos de la alcaidía de la Comisaría tercera le accionó el cronómetro al actual gobierno que entró en una carrera contrarreloj para dar una solución a la crisis carcelaria que tiene todo el sistema saturado.
Nicolini, como ex juez provincial, ya conoce la situación que enfrenta, pero necesita fondos para una respuestas.
Para salir de la crisis carcelaria que arrancó en noviembre de 2022 hace falta construir, muy rápidamente, cinco pabellones en Neuquén, Cutral Co y Zapala.
La anterior gestión solo tenía previsto tres que estarían listos en 2025. ¡Una locura! Pero así se manejó la gestión de Omar Gutiérrez, canjeó los terrenos de la cárcel federal U9, ubicada en pleno centro neuquino, por el imponente penal de Senillosa con capacidad para 600 personas.
El canje lo hizo sin plan B. Cuando solo se trataba de un ejercicio de matemáticas muy simple: una resta que con llevaría una pregunta. Si saco 600 plazas ¿dónde meto presos? No obstante, la ministra de seguridad de esas época, Vanina Merlo, que no pensó ni un segundo en las personas privadas de la libertad ni en el hacimiento en el que quedaría, fue premiada y se convirtió en titular del Ministerio Público de la Defensa. Es decir, ahora ella es la que vela por los derechos de los presos. Parece joda, pero no lo es.
Hoy, la única salida rápida que tiene el gobierno es conseguir un acuerdo con Nación para que les sedan un pabellón de la cárcel de Senillosa que está en manos del Servicio Penitenciario Federal.
Pero como todos sabrán, las relaciones del presidente Javier Milei con el Rolo Figueroa y un gran grupo de gobernadores no es la mejor. Así las cosas, los alfiles del Rolo saben que hay que generar espacio en los penales, con mucho ingenio y pocos fondos.